Una
vez se cortan las hojas de la caña flecha, se procede a rasparles las venas con
cuchillo para obtener pencas lisas de aproximadamente 1 cm de ancho. Luego se
cocinan para darles consistencia y elasticidad con cogollos de caña agria,
naranja agria y limón. Las pencas se dejan un día al sol para que se sequen,
proceso que dará como resultado pencas de color completamente blanco o algo
pigmentadas.
Posteriormente, las pencas blancas se deshilachan en tiras más delgadas de 1 o 2 mm de ancho. Para obtener las tiras negras, las pencas pigmentadas deben someterse a un proceso de tinte con una mezcla de barro negro y otros materiales como jagua, hoyeto y cáscaras de plátano. Todo el proceso, incluyendo el secado de las pencas, dura unos tres días. Al secar completamente, se procede a deshilachar las pencas.
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